O’Nuñez es un proyecto que combina historia y contemporaneidad en el corazón de un barrio en plena transformación. En el cruce de O’Higgins y Manuela Pedraza, un edificio tradicional se renueva para dar lugar a una propuesta residencial única, directamente sobre una plaza y rodeada de verde. La arquitectura respeta el carácter original del entorno, reinterpretándolo con líneas limpias, materiales nobles y espacios pensados para una nueva manera de habitar la ciudad.

O’Nuñez es un proyecto que combina historia y contemporaneidad en el corazón de un barrio en plena transformación. En el cruce de O’Higgins y Manuela Pedraza, un edificio tradicional se renueva para dar lugar a una propuesta residencial única, directamente sobre una plaza y rodeada de verde. La arquitectura respeta el carácter original del entorno, reinterpretándolo con líneas limpias, materiales nobles y espacios pensados para una nueva manera de habitar la ciudad.

El diseño parte de la premisa de conservar la identidad del edificio existente y adaptarlo a las necesidades actuales. Se reorganizan los espacios interiores para potenciar la luz natural y las visuales hacia el entorno arbolado. Los nuevos volúmenes se articulan en diálogo con la estructura original, incorporando balcones terraza y expansiones verdes que conectan interior y exterior. La materialidad combina texturas cálidas y superficies contemporáneas, proponiendo un equilibrio entre la historia y la vida moderna.

El diseño parte de la premisa de conservar la identidad del edificio existente y adaptarlo a las necesidades actuales. Se reorganizan los espacios interiores para potenciar la luz natural y las visuales hacia el entorno arbolado. Los nuevos volúmenes se articulan en diálogo con la estructura original, incorporando balcones terraza y expansiones verdes que conectan interior y exterior. La materialidad combina texturas cálidas y superficies contemporáneas, proponiendo un equilibrio entre la historia y la vida moderna.

O’Nuñez es un proyecto que combina historia y contemporaneidad en el corazón de un barrio en plena transformación. En el cruce de O’Higgins y Manuela Pedraza, un edificio tradicional se renueva para dar lugar a una propuesta residencial única, directamente sobre una plaza y rodeada de verde. La arquitectura respeta el carácter original del entorno, reinterpretándolo con líneas limpias, materiales nobles y espacios pensados para una nueva manera de habitar la ciudad.

El diseño parte de la premisa de conservar la identidad del edificio existente y adaptarlo a las necesidades actuales. Se reorganizan los espacios interiores para potenciar la luz natural y las visuales hacia el entorno arbolado. Los nuevos volúmenes se articulan en diálogo con la estructura original, incorporando balcones terraza y expansiones verdes que conectan interior y exterior. La materialidad combina texturas cálidas y superficies contemporáneas, proponiendo un equilibrio entre la historia y la vida moderna.

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